Uno de los rasgos de la espiritualidad de los
comechingones y de muchas culturas originarias es nuestra permanente relación
con los antiguos, ya sea en apariciones, en sueños o presentimientos. Ellos
conviven con nosotros, por eso generalmente no teníamos necrópolis, y a
nuestros antepasados los sepultábamos en la casa. Les relato una experiencia
real, material: El Hombre del Suquía que ya hemos presentado, no vino solo,
vino con una niña de 6 años[1]
procedentes de hace 3 milenios y un siglo. Una experiencia que nos zamarroneó
existencialmente como comunidad y nos hemos enamorado de la criatura como
suelen enamorar los niños.
En distintos momentos de la historia del
Pueblo de La Toma, en su Antigal fueron encontrados restos óseos humanos,
generalmente en la construcción de cámara séptica, pozos negros y desagües,
también los vecinos relataban que a veces estaban expuestos en la superficie.
Durante el siglo XX llegaban estudiantes del Clínicas en búsqueda de huesos que
los comuneros les alcanzaban. En 1959 un grupo de vecinos del Pasaje Quevedo
–epicentro del Antigal- zanjando en los pies de “la pirca de los indios”[2]
para que la municipalidad instale el agua corriente, quedaron sorprendidos con
el hallazgo de “huesos humanos cubiertos de una tela como de arpillera y
salinizados”, se dieron cuenta que eran antiquísimos y temiendo que el Estado
les detuviese la obra, los recogieron respetuosamente en bolsas de nylon y
después de rezar los enterraron en la rivera sur del Suquía[3].
Desde algunos años atrás el Instituto de
Culturas Aborígenes (ICA) estudiaba el Antigal, fue entonces cuando una
comunera, alcanzó una bolsa que contenía restos óseos a integrantes del ICA. Lo
habían encontrado hacía muchos años; se trataba de un adulto y de un niño. El
Instituto solicitó la ayuda de Andrés Laguens, quien sobre una mesa distribuyó
con habilidad los huesos del adulto y constató que se trataba de un varón.
Luego le pedimos a Mirta Bonìn la gestión de hacer datar ese material por la
Universidad Nacional de La Plata (UNLP) quién meses después nos sorprendió con
la respuesta de la UNLP informando la antigüedad de aquellos restos óseos:
3.100 años.[4]
En la comunidad nos preguntamos ¿por qué
fueron sepultados juntos? Seguramente porque eran familia, lo màs razonable es
pensar en un padre y su hija, no se trataba de nómades sino sedentarios, por
los otros restos encontrados en el lugar, parece un pueblo de cazadores y
recolectores además por la fecha de datación coincide con la aparición de la
agricultura en la región. Por la forma en que fueron encontrados, uno puede
deducir que no fue muerte natural, sino violenta, ya sea por un accidente, una
guerra, una enfermedad contagiosa o una inundación. El menor parece aferrado al
mayor.
Así como el adulto era llamado EL HOMBRE DEL
SUQUIA, pensamos nombrar al menor, pero…no puede establecerse el género de la
criatura a simple vista: ¿era el niño o la niña del Suquía?. El Casqui Curaca
Jorge Ferrer Acevedo nos acercó una investigación científica que señala : “las hormonas
sexuales, entre ellas el estrógeno y la testosterona son esenciales para la
masa ósea…la masa o densidad ósea es fácilmente distinguible en los adultos
pero muy similar en los niños antes de la pubertad”, este dato favoreció
nuestra decisión. La comunidad discernió democráticamente y la opinión de
considerarla una niña fue abrumadoramente mayoritaria. Los dos curacas que
participaron en el discernimiento opinaron como la mayoría.
Algunos comuneros argumentaron su decisión,
mientras que otros solo se pronunciaron. Entre los argumentos citamos: “Me
inclino por niña. Siempre se visibilizó al varón y se le da primacía…y al nacer
esta niña, ya desde ese momento viene con la premonición de dar vida, de dar a
luz…y hoy esa niña de 3.100 años viene a traer vida, historia, esperanzas y
orgullo a la comunidad comechingón de La Toma”; “Yo, niña, porque la mujer
transmite cultura, identidad, etc.”; “con mi madre, nos inclinamos por el niño,
porque como mujer nos representa, la madre tierra, la Pachamama”; “me parece perfecto que la comunidad elija
democráticamente. Igualmente es muy interesante y poder aprender. Se puede
tomar como la niña y seguir buscando y aprendiendo”; “Propongo la niña porque el sexo del
antepasado adulto es masculino y además porque al morir siendo tan niña no pudo
ser madre y ahora emerge desde la madre tierra, desde la Pachamama, una
maternidad”.
Querida NIÑA DEL SUQUIA, te imaginamos
emocionados: caminando por nuestro territorio, encantada del paisaje en el que
viviste, familiarizándote del bosque nativo, corriendo bajo talas y algarrobos,
golpeándote la brisa con aromas del poleo y la peperina, disfrutando de las achiras con sus pétalos
moteados, de colores vivos, observando desde lejos a los ciervos de ramificados
cuernos, a los guanacos y vicuñas, te imaginamos cuidada por los tuyos mojando
tus pies en ese río nuestro fecundo en peces en aquella época. Te imaginamos
querida niña, observando con curiosidad los quehaceres de tu madre, y también
cuando algo te asusta ir corriendo para resguardarte en los brazos protectores
de tu padre.
EL COMUNERO
[1] Un médico forense pidió discreción por una opinión acerca de esos
restos óseos, se trataba de un infante que debía tener entre 5 y 7años. Se
comprometió a seguir investigando.
[2] Antiquísima pirca, hoy ubicada en la casa de Mafalda Tapia, Páez
Molina y Pasaje Quevedo.
[3] La Cacique Teresita Villafañe contaba haber sido testigo de aquel
hallazgo y que fueron enterrados donde ahora pasa la costanera, al lado de unas
cuevas destruidas después, con la construcción de la misma.
[4] Andrés Laguens y Mirta Bonìn son científicos que trabajan para la UNC.