12.8.22

DON GREGORIO CORTÉS, AZOTE DEL SUQUÍA.


 Enero de 1830, El Pueblo de La Toma estaba de fiesta, se casaba Teodoro Cortés con Teodora Villafañe hija del Cacique Don Juan de Dios Villafañe (1). El matrimonio tendrá 10 hijos pero 4 de ellos fallecerán siendo niños(2). Dos de los hijos, Félix y Gregorio, con distintos criterios serán líderes del Pueblito, frente a un Estado liberal que implementaba un plan exterminador.

Don Félix Cortés fue el primogénito, nació el 16 de Noviembre de 1832 y contrajo matrimonio con Mercedes Salinas. Respetando la línea sucesora la comunidad lo reconoció en 1860 como Curaca del Pueblo de La Toma. Don Félix conocía acerca de las políticas liberales hegemónicas, por eso sus temores fueron creciendo. El Curaca era un hombre bondadoso pero débil de carácter en medio de una coyuntura difícil y agresiva.

José Gregorio Wenceslao Cortés nació el 8 de Septiembre de 1838 y quedó segundo en la línea sucesoria al fallecer dos de sus hermanos mayores y ausentarse otro. Don Gregorio Cortés, era un hombre de bien como su hermano, pero a diferencia de aquel, era confrontativo, locuaz y decidido.

Promulgada la Constitucional Nacional, el gobierno cordobés, arremete con una política liberal de tierras. Un viejo enemigo del Pueblito, el Dr. Mariano Fragueiro, Gobernador de esta provincia suscita la sanción de algunas leyes que relacionan: la cuestión de tierras con la desarticulación de las comunidades aborígenes.(3) En 1867, el Estado cordobés embiste directamente contra el Pueblo de La Toma intenta parcelar reemplazando la posesión comunal del territorio por la propiedad privada(4).

El Curaca Don Félix Cortés comprende la situación y el clamor de su comunidad indígena y decide enviar una carta documento al gobierno donde le expresa que ellos seguirán siendo una comunidad dispuesta a seguir gozando de las tierras comunales como así también de los pastos comunes; sostienen la unidad indisoluble entre comunidad y territorio. Acompañan esta carta 390 comuneros y comuneras. En esta oportunidad todos están de acuerdo acerca de las tierras comunales, pero también surgen dos grupos con criterios políticos diferentes y enfrentados, uno de ellos estará  integrado por Don Félix Cortés, Lino Acevedo, su yerno Bruno Canelo(5) y el otro por los hermanos del curaca Gregorio Cortés y Juan José Cortés y Valentín Suarez.

Presionado por este conflicto, el curaca accede junto a Lino Acevedo, a dar lugar una solicitud en la que la municipalidad pide la donación del terreno junto al cementerio público San Jerónimo, para construir una necrópolis de disidentes. Gregorio Cortés expresa su rechazo a tal decisión, disintiendo públicamente con  su hermano el Curaca y acompañado por casi cincuenta comuneros entre los que se encuentran su hermano menor Juan José, Valentín Suarez y Domingo Salinas cuñado de Don Félix, dan a conocer a la Justicia su no reconocimiento a lo pactado(6). Gregorio y su gente solicitan la representación del Dr. Gerónimo del Barco quien los convence que si desisten de su decisión, la municipalidad les construirá la primera escuela primaria del Pueblito. Eso llevó a los querellantes a ceder esa parte del territorio. Se construyó el cementerio de disidentes y nunca se edificó la escuela. Fue una mentira(7).

Don Félix queda desprestigiado y el Gobierno provincial aprovechó una demanda de Camilo Lucero esposo criollo de la comunera Olaya López contra el Curaca por no cederle un lote para su vivienda. Don Félix “defendido” judicialmente por el Dr. Miguel Juárez Celman(8) fue presionado a renunciar al curacazgo y a la sindicatura del Pueblito.  La audiencia del 14 de Mayo de 1875 se refiere a él como el “ex curaca” y Lino Acevedo firmó en su representación. En línea sucesoria les correspondía el cacicazgo a los hijos de los antiguos curacas Villafañe(9) o a su hermano Gregorio Cortés. El gobierno quería liberarse de Gregorio, pues representaba la resistencia activa del Pueblito y decidió nombrar síndico a Lino Acevedo, primo político y cercano a Félix Cortés, quien aceptó. Su condición de síndico le procuró ser reconocido como curaca por el Pueblo de La Toma, cosa que el gobierno alentó (10) Gobernaría una comunidad herida por la división.

Don Lino quiso resistir a la nueva organización de tierras, pero el gobierno de la provincia lo doblegó mediante las leyes(11) de 1881 y 1885, llamadas leyes de desarticulación de las comunidades. Don Lino Acevedo optó por la negociación. El Gobierno lo pone al frente de una comisión de síndicos para empadronar al Pueblito. El empadronamiento no será casa por casa sino en el domicilio del Curaca.

Gregorio Cortés “puso el grito en el cielo”  y sostiene: “Hoy se trata de despojarnos de nuestras tierras y casas, mañana puede ser que se nos quitaran nuestros hijos”(12). Gregorio Cortés enfrentado con políticos poderosos como Miguel Juárez Celman, Gregorio Gavier y el Ramón J. Càrcano y empresarios como Esteban Dumesnil,  Carlos Casaffousth y Aureliano Boudereau, logra que un sector numeroso de la comunidad, entre las que se encuentran muchas mujeres, apoyen decididamente el reclamo contra el plan liberal. Un comunicado de prensa de la comunidad reza: “protestamos contra cualquier acto de deslinde de cualquier naturaleza, ejecutada por la comisión nombrada por el poder ejecutivo…no reconoceremos lo hecho o por hacerse por dicha comisión o por el curaca, pues desde hoy en adelante le prohibimos obrar en nuestro nombre. No reconoceremos título alguno otorgado por la Comisión o el Curaca, sino los otorgados por la comunidad” El 23 de Agosto de 1883, día que redactaron el documento, muchas familias del Pueblo de La Toma inhiben al Curaca Lino Acevedo como autoridad y referente, reconociendo a Don Gregorio Cortés como tal.(13)

Don Gregorio Cortés en 1886, organiza a la comunidad para resistir el desalojo. Uno de sus seguidores, el comunero Domingo Salinas, es detenido y recluido en la policía y los diarios denuncian el merodeo policial(14). Pedro Villafañe(15) enfrenta el desalojo violento dirigido por uno de los “supuestos compradores”, el comisario Fabriciano Martínez, que a su vez preside el grupo para policial “La Cadena” brazo represor del juarismo. La violencia represiva policial cunde el pánico en el Pueblito. Don Gregorio reúne a la comunidad que resiste. Logran que se realice una nueva evaluación de los terrenos, también que los antiguos poseedores sean considerados sobre los nuevos compradores y logran un segundo empadronamiento que se realizará en 1888. El carnaval de remates comienza de inmediato, los abusos de la burguesía son escandalosos. El pueblito atónito se prepara para sobrevivir. Don Gregorio Cortés, azote del Suquía, capaz de enfrentar al gobierno y a los propios curacas fallece al comenzar 1890.

El Comunero.


[1] Juan de Dios Villafañe, fue Curaca desde 1805 hasta 1829

[2] 1832: Félix; 1834: Juan Alberto (fallecido a los 6 años); 1835: Nicasio (se trasladó muy joven a Villa Dolores donde se casó); 1837: Antonino Adrián del Sagrado Corazón (falleció a los 6 años); 1838: José Gregorio Wenceslao; 1840: María Antonina del Sagrado Corazón de Jesús; 1843: Juan José; 1845: Julián de los Dolores; 1846: María Dolores (fallecida a los 3 años); 1849: Abdón (fallecido a los 4 años)

[3] AHPC CLDPC T 2, 28 de septiembre de 1858 y 10 de Febrero de 1859

[4] AHPC CLDPC T 2 21 de Noviembre de 18867

[5] Es curioso que Bruno Canelo firme ya que él no se reconocía aborigen. Casado en 1866 con la hija de Don Lino Acevedo, María del Carmen Acevedo, se nota el crecimiento de su influencia en Don Lino y por él en Don Félix. Bruno Canelo es amigo de Juárez Celman y parte activa del régimen.

[6] Don Félix Cortes y Lino Acevedo, toman distancia.

[7] AHPC  1874Escribania 2 leg 189 exp 21

[8] Pocos años después Gobernador de Córdoba y Presidente de la Nación.

[9] Belisario único hijo del Cacique Manuel  Villafañe o Mateo hijo del Cacique Francisco Villafañe

[10]  Los Caciques  Félix Cortés y Lino Acevedo son influidos por el yerno de este último, Bruno Canelo.

[11] AHPC Escribanía 2 leg 234 exp 6

[12] Diario El Eco de Córdoba 28 y 29 de Agosto de 1883

[13] Mientras que otro sector del Pueblito decide seguir a Don Lino y el gobierno también.

[14] Diario el Porvenir 22 de Octubre de 1886

[15] Diario El Porvenir del 29 de Octubre de 1886

11.8.22

Se viene el Noveno Congreso de Culturas Originarias

11, 13, 14 y 15 de Octubre en Córdoba.
El encuentro se lleva adelante desde hace diecisiete años y nos invita a conversar, reflexionar y construir conocimiento en torno a las experiencias, las problematizaciones y las tensiones que viven y habitan las comunidades originarias hoy en día. ¡Pronto, más información!