14.11.22

LAS SANADORAS DEL ANTIGAL DEL PUEBLO DE LA TOMA

Días atrás entrevisté a algunas sanadoras del Pueblo de La Toma, que residen en el Antigal. El Antigal es el lugar de los antiguos, en el cual habitan los espíritus, donde también tienen plena vigencia las creencias, la oralidad y las prácticas curativas ancestrales. También allí se encuentran restos óseos humanos de tiempos remotos que visibilizan la presencia de los antiguos. El Antigal del Pueblo de La Toma tiene epicentro en el Pasaje Quevedo situado a pocos metros del río, en donde termina Bª Alto Alberdi. Este lugar es el espacio en el cual el Pueblo de La Toma preserva su legado histórico, en el cual los saberes ancestrales se mantienen vivos, el Suquía tiene significación sagrada y los sanadores ejercen su poder y experiencia para hacer el bien al vecindario. Los sanadores, dueños de la memoria e intérpretes de la tradición oral poseen una dimensión mística y mítica, es decir por una parte se trata de personas espirituales que adhieren a tradiciones religiosas sin involucramiento institucional y por otra parte, viven los mitos antiquísimos otorgándoles vigencia actual. En el Pueblo de La Toma, hay sanadores y sanadoras, aunque las entrevistas realizadas fueron exclusivas a mujeres del Antigal.

JULIA GOMEZ: Ella tiene 78 años, comenzó a sanar desde los 15, ya que ella sintió desde muy pequeña que tenía un poder especial. Su familia se dio cuenta de ese don y la alentó. Desde muy joven aprendió a curar estas dolencias y enfermedades: “el empacho” que es un malestar generado por alguna indigestión, “la ojeadura” malestar en los ojos producido por numerosas miradas que quieren halagar generalmente a un bebé y en el caso de los adultos, producido por distintas personas que están hablando o pensando del mismo ser humano, quien comienza a sufrir un dolor en los ojos; “la culebrilla” que la ciencia académica asocia con cierto herpes, se visibiliza con granitos y ampollas en el cuerpo, generalmente en el torso, el saber popular está convencido que puede ser mortal pero saben que los sanadores del lugar tienen el don de curarlos. Julia relata que siente devoción por la Virgen de Lourdes y se encomienda a ella para sanar.


LEAN DEL VALLE MOYANO: Una joven del Pueblo de La Toma, proviene de los Moyano como de los Ayala, es decir, familias ancestrales del Pueblito. Lean es transgénero, una chica amable que también desde muy jovencita se dio cuenta del don que poseía para sanar. Ella relata que una señora que ya murió fue quien le enseñó las prácticas sanadoras. Sana el empacho, el hígado, la ojeadura, la Pata de Cabra, la Culebrilla, la insolación, los nervios, el mal de ojo, los parásitos y limpieza de casas; lo hace respondiendo a las prácticas ancestrales. Sostiene que fue sorprendente que al morir Susana, su amiga enterrada en el cementerio San Jerónimo, descubrió que al costado de su tumba se levantaba una imagen de San Antonio, santo del que era devota la difunta y también ella. Por ese motivo ella se encomienda a San Antonio, porque además es el santo del amor, y el don de sanar que tiene ella lo ejerce para el bien. El amor es la fuerza màs sanadora.


MAFALDA TAPIA: es del Pueblo de La Toma. Ella es conocida y querida por el barrio, desde siempre habita en la casa donde hoy vive. Tiene 84 años y dice que enriqueció los saberes que le enseñó su madre con el estudio de la metafísica. La casa de Mafalda está precedida de un patio inmenso cubierto por un enorme algarrobo y otros árboles frondosos. El terreno finaliza justo cuando se levanta el barranco y en el que según su testimonio había una casa de pirca y ramas cuyo padre le llamaba “la casa de los indios”. En ese patio quedan dos grandes trozos de pircas, que los antiguos vecinos, desconociendo su origen, le llaman desde siempre “la pirca de los indios”. En esa vivienda que tiene el encanto de lo ancestral, se la encuentra a Mafalda, rodeada de gallinas, gallos, patos, gansos, perros y muchos pájaros que son atraídos por ese encantador paisaje. La anciana es sanadora que invoca a los “ángeles del rayo verde” y le habla al sol como si fuera nuestro padre. Tiene el don de sanar muchos males. Una vez un papá desesperado llegó a su casa con su pequeño hijo entre sus brazos, el niño había caído al río Suquía y se moría, lo entregó en los brazos de Mafalda quien abrazándolo lo apretó algunas veces e invocó al creador, y “le salvó la vida”. Y así como eso, hay muchas anécdotas que se cuentan de ella. Mafalda está legando en su hijo Jorge el don de sanación.

EL COMUNERO REFLEXIONÒ SI ERA OPORTUNO PUBLICAR EL SIGUIENTE TESTIMONIO. DECIDIÒ HACERLO PORQUE ES PARTE DE LA REALIDAD DEL BARRIO AUNQUE OMITIENDO DATOS PERSONALES Y FOTOGRAFÌA. TAMBIEN RECOMIENDA ERRADICAR EL CONCEPTO DE BRUJA, YA QUE ESTIGMATIZA, ES INSULTANTE, MACHISTA Y PATRIARCAL.

NOEMI X: “Hay brujas malas y brujas buenas, yo soy de las buenas, “vuelo” pero para hacer el bien”. ¿Y que lleva a la gente a acudir a “las brujas malas”? “Recurren a ellas para destruir relaciones afectivas, para que le vaya mal a tal o cual persona, para atar o desatar amores, para vengarse de alguien con algún “maleficio”, o para eclipsar el mal que le hicieron al consultante en cuestión. Están emparentadas con el mal y por eso no son queridas. El dolor, el rencor, la envidia y la venganza motiva a algunas personas a visitarlas.  Noemí cura males de diversas dolencias físicas y psíquicas, ella dice ser vidente que tiene poder para decir “quien está perseguido” y quién no. Un comunero del Pueblito  manifestó haber encontrado en su casa una caja oculta que contenía tierra,  de inmediato ella infirió que esa tierra era del cementerio que era un mal hecho por una mujer que ya había fallecido. Ella afirma que en el barrio hay muchas brujas y dice: “Aquí cerca no más, vive la bruja más mala de todas las brujas”. 

EL COMUNERO